5 nov 2011

La escritura y... Antxon Vega

Autor: Antxon Vega
1º curso de Ciencias Humanas


Breve biografía como escritor de “brocha gorda”

Para mí, hablar de escritura es recordar mi infancia y remontarme a finales  de la década de los años 50; y, como no, a la figura de aquel gran profesor, entonces se decía maestro, y mejor persona que era D. Eugenio Goya Goya.

Por supuesto, eran otros tiempos, pero D. Eugenio le daba la misma importancia a la caligrafía y la ortografía que al francés, la geografía, el dibujo, las matemáticas o la historia por ejemplo.

Así, de aquellas aulas, entonces llamadas clases, de la calle Narrica, nº 33, 1º de nuestra querida Donostia, salimos con una formación gramatical sólida, y como todas las cosas que se aprenden bien a esa edad, han perdurado en el tiempo.

Recuerdo con nostalgia y con mucho agrado, aquellos vetustos pupitres de madera, los tinteros de porcelana  con aquella tinta que manchaba nuestros dedos, y que por cierto la hacíamos también nosotros, los cuadernos pautados para la caligrafía, los de calco y las láminas que usábamos para copiar los distintos tipos de letras.

Bocetos

Después de mucho trabajo y constancia, llegamos a dominar varios tipos de escritura,  “caligrafía inglesa”, “redondilla” y “gótica”, para las cuales empleábamos los diversos tipos de plumillas, que muy probablemente hoy sean ya objetos de museo.

Por supuesto teníamos totalmente prohibido escribir con aquellas “modernidades”, como eran los bolígrafos, y también con las plumas estilográficas, no tan modernas, pero casi inaccesibles para nuestros limitados recursos.

Las redacciones sobre el tema propuesto por el maestro eran continuas, y teníamos que insertar entre el texto, un dibujo que coloreábamos por cierto bastante bien con acuarelas.  Calificaba, independientemente, la correcta redacción, la caligrafía y el dibujo.

Resumiendo, mi pequeña historia como “escritor de brocha gorda” la recuerdo con mucha nostalgia y cariño y todavía hoy a mi provecta edad, me siento agradecido a aquellas personas que en unos tiempos difíciles y de escasez de medios, nos enseñaron entre otras muchas cosas, a amar la escritura.

2 comentarios:

  1. Aupa Antxon: Todo el mundo pasamos por el emborronamiento de las cuartillas, sobre todo cuando usábamos un tintero inestable, en aquellas concavidades que tenían los pupitres. Don Eugenio, en mi caso, se encargaba de que escribiera bien la redondilla, sin doblar excesivamente los dedos. En todo caso, felicidades por su aportación a la literatura.

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  2. Aúpa Antxón, con tus recuerdos despiertas los míos en las figuras de mi hermano y de mi media naranja los dos antiguos alumnos del recordado y temido Don Eugenio.
    Era conocido su mal humor y sus tirones de orejas , más de uno las llevaba como un tomate , pero gracias a ello la ortografía, matemáticas y demás entraban en vuestras cabezas.
    Gracias me has hecho pasar un rato muy entretenido

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